A pesar de que el concepto “Anuptafobia” como tal puede resultarnos desconocido, su significado es mucho más común de lo que creemos.
Según diversos estudios, un porcentaje del 96% de la población entre 25 y 34 años y un 93% de entre 35 y 44 años, busca encontrar relaciones en aplicaciones de internet.
Lo preocupante no es que se utilicen recursos que están a nuestro alcance para conocer personas, lo preocupante es la necesidad desesperada de estar con alguien para no sentir el peso de nuestros propios pensamientos y juzgas externas.
La Anuptafobia es el terror a quedarse soltero/a, y por desgracia, es muy común en la sociedad que vivimos.
Es probable que cuando leas esto pienses en varias personas que conoces, las cuales se encuentran en una relación tóxica pero de la que no escapan, o quizás en un/a amigo/a que empalma relaciones esporádicas o de pareja una detrás de otra con el afán de por fin dar con la correcta, poder quedarse ahí para siempre, y no sufrir la sensación de fracaso que le produce estar soltero/a.
“¡Cualquier cosa antes que eso, por favor!” Independientemente de que la relación sea o no la que se desea, es una relación, y por lo tanto siempre será mejor que no tenerla.
Causas más comunes
La presión social con la que vivimos, esa que nos recuerda constantemente que la meta es casarse y tener hijos, considerando otro tipo de vida como un fracaso a la larga, afectará de lleno si la autoestima que tenemos es baja y nuestro apego es inseguro.
Estos factores juegan un papel fundamental en nuestra percepción de la realidad y como nos afecta.
Posibles consecuencias
Si nos dejamos invadir por el miedo a esta creencia errónea es posible que nos veamos envueltos en una vorágine de relaciones que nos hacen sentir vacíos, incluyendo emociones relacionadas con la frustración, el cansancio mental y la sensación de no conocer el rumbo o qué se ha de hacer para que la situación cambie.
A continuación mencionaré algunas de las características que reflejan aquellas personas que temen quedarse solteros/as.
- Tendencia a relacionarse desde el apego inseguro y la necesidad de tener pareja como meta, lo que hará que la relación se inicie desde la desesperación y el miedo, por lo que no será posible que esta crezca desde un ámbito sano.
- Idealización de la pareja. Esto suele ocurrir cuando las ganas de estar con alguien y que la relación sea fructífera supera cualquier tipo de raciocinio. Incluso cuando la persona en cuestión da indicios de que no es lo que se busca, se tiende a relativizar lo negativo y ensalzar lo positivo, porque la meta de encontrar pareja ciega cualquier visión que pueda dinamitar el cumplimiento de la necesidad de estar en una relación.
- Relaciones de dependencia. Ahora que ya se tiene una pareja, lo que hay que evitar a toda costa es perderla. Por lo que la inquietud, inseguridad y exigencias con el cónyuge serán, por lo general, lo que lideren la relación.
- Baja autoestima y autoconcepto. Sin duda esto es causa y consecuencia. La necesidad de encontrar a alguien para ser feliz y que se haga cargo de “mis emociones” viene dada, entre otras cosas, por la falta de amor propio y la creencia inadecuada de “no ser suficiente”. Por eso trabajar este punto es la base para poder liberarse de la Anuptafobia y todo lo que conlleva.
- Necesidad de atención y validación externa. Por supuesto, nada de lo que la otra persona haga conseguirá que tú te sientas en paz, porque la carencia está en ti, y solo tú puedes trabajar eso.
- Sensación de soledad y fracaso cuando se está soltero/a. En este último punto, me gustaría hacer hincapié en la importancia del lenguaje con nosotros mismos. Estar “soltero/a” no significa estar “solo/a”. Por desgracia, la mayor parte de la gente asocia ambos conceptos como si de sinónimos se tratara, y nada más lejos de la realidad. La soledad no está para nada ligada a la soltería.
Nos han hecho creer que una relación, si es duradera, es exitosa, cuando por suerte o por desgracia, no tiene nada que ver. La calidad de la relación no está reñida con su duración.
Esta premisa va ligada en muchos casos a que si a medida que pasan los años no tienes una pareja estable, te casas (o no), y tienes hijos, no has conseguido el verdadero éxito de la vida, porque a rasgos generales, estás solo/a.
Uno de los problemas, en este caso, de la Anuptafobia, es lo común que resulta en la sociedad, lo que hace que la gente que la padece, aun siendo conscientes del sufrimiento que genera, no suela acudir a terapia porque siente que a la mayoría de las personas les ocurre lo mismo o algo similar.
Si te ves reflejado, es fundamental que pidas ayuda a un profesional, para poder abordar la angustia que esto produce y modificar los patrones que te retienen en ese círculo vicioso, así como para aprender a tener relaciones sanas y que te aporten felicidad y plenitud, sin miedos e incertidumbre de por medio.
“No existen parejas felices como tal. Existen personas felices que se hacen pareja.”