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PSICÓLOGA EXPERTA EN ATAQUES DE PÁNICO

El ataque de pánico es una reacción intensa ante el miedo, ya sea consciente o inconsciente, que se activa de forma repentina y alcanza su máxima expresión en pocos minutos. Tu cuerpo se pone en alerta porque tu cerebro le envía un mensaje para que active los procesos de protección contra el peligro que considera que tienes delante, por eso se activan los llamados “mecanismos de lucha-huida” para que tengas suficiente energía como para luchar contra el peligro, o rapidez para huir de él.

Lo curioso es que, aunque a veces el cerebro crea algo, no tiene porqué ser cierto, y es justo ahí sobre lo que hay que trabajar.

Los síntomas más comunes que se desencadenan son: palpitaciones, sudoración, temblores, náuseas, dificultad para respirar, mareo o desmayo, escalofríos, miedo a perder el control e incluso a morir, hormigueo en las extremidades y/o sensación de ahogo, entre otros.

Es común que vaya acompañado de sesgos cognitivos, es decir, pensamientos intrusivos catastróficos acerca de la situación que está ocurriendo, e hiperventilación.

Puede que si estás en una situación similar te suenen estos factores relacionados con el trastorno que se mencionan a continuación:

• Los ataques surgen de forma inesperada.
• Se ha producido al menos uno en el último mes, lo que te hace pensar con intensidad que esto podría volver a ocurrir.
• Tienes un alto temor a que vuelva a suceder y estás en constante alerta.
• Has cambiado algunas rutinas o comportamientos por miedo a que la situación se repita.
• Evitas situaciones en las que ves una relación al ataque de pánico.
• Es posible que hayas desarrollado agorafobia, que es cuando aparece ansiedad en lugares de los que escapar resultaría complicado, o que en caso de sufrir uno de los ataques sería difícil que alguien te socorriera.

Para poder trabajar los factores más influyentes del ataque de pánico primero hay que conocerlos.

Seguramente te resulte familiar si te digo que tienes hipervigilancia contigo mismo y tus estados fisiológicos, tanto cuando sufres el ataque de pánico, como cuando estás en alerta esperando a que pase.

Bien, pues es precisamente esa excesiva atención a los síntomas lo que los aumenta, y es justo la interpretación catastrófica de ellos lo que produce en ti un anclaje de alerta y miedo a que vuelva a ocurrir.

Dicho suena sencillo de mejorar, pero la realidad es que a nivel práctico es comprensible que sin herramientas adecuadas esto genere un sufrimiento intenso y te produzca sensación de bloqueo y falta de libertad.

Si trabajamos juntos las interpretaciones de tus pensamientos y sensaciones fisiológicas, así como formas de relajación y control de impulsos, lograrás controlar el miedo irracional que te ha inundado durante todo este tiempo y podrás tomar las riendas de tus decisiones y emociones de forma racional para siempre.