A TERAPIA NO VA QUIEN TIENE PROBLEMAS
Problemas tiene todo el mundo. A terapia va quien quiere resolverlos.
Con frecuencia pedimos ayuda cuando nos encontramos en un bucle del que no sabemos cómo salir, y muchas veces, ni siquiera somos conscientes de cuál fue el punto de inflexión que nos hizo llegar al lugar donde nos encontramos ahora. Es complicado resolver un problema si no lo entiendes. Y esto es solo el principio de todo lo que puedes conseguir en ti cuando acudes a terapia.
Encontrar las respuestas que buscamos nos impulsa a seguir un camino de cambio y crecimiento personal.
No te adaptes a lo que no te hace feliz. No tienes porqué resignarte a vivir una realidad que hace que sientas que no estás donde quieres.
La acción es la clave fundamental del éxito, y aunque al principio es difícil empezar, el coste de ello, siempre es menor que el de no intentar nada.
Generar conductas evitativas ante aquello que te hace sufrir consigue justo el efecto contrario, y es que te someta. Cuando aceptas quién eres y que quieres conseguir de ti, es cuando empieza tu trasformación.
Puedes con todo, pero no siempre con todo a la vez. Y pedir ayuda es un acto de valentía contigo mismo.
El futuro tiene que empezar en algún punto, de ti depende que sea hoy.